
Así es. La esencia de la vida es el vainillín. Y la regla de la vida es la del Profesor Montenegro.
Es mi gurú. Lo he decidido.
Es decir, ya saben quién bautizará a mis hijos, ¿verdad?
Sí, el Profesor Montenegro, cómo no.
Y de paso me anima el cumple de 15 de la nena...