Es notable cómo el idioma de los avisos clasificados se asemeja al dialecto adolescente, al alfabeto de SMS y al rumano contemporáneo. Acá les traemos lo último de la temporada, disfrútenlos.

Más allá del descubrimiento milagroso, podemos apreciar una verdad esotérica, siempre oculta a los no-iniciados: en un lapso menor a lo que se tarda en leer diez líneas, el precio de las velas registra una inflación de casi 30 puntos. Cuidado, J.C. Molina: ahora el Indec está tras de ti.
Esto me recuerda a un maquiavélico invento del Guasón…

En los aeropuertos yanquis espanta palomas y también trabajadores golondrina de origen latino. Muy útil.

Algo me dice que si Quío Binetti te abre caminos en el cuerpo (una autovía de tránsito rápido, ponele), Activia va a perder muchos clientes.

El Helecho confirma lo que dijo al principio: el idioma de los clasificados no siempre está a nuestro alcance. (O sí, y el restaurante es muy raro).