Entrevista exclusiva a la editora de Holaholahelecho : “AHORA ME RESPETAN LAS BOLAS”

Reportero: -Señora Pirlusina, tenemos entendido que tuvo serios inconvenientes con su centro de mesa. (Risas)

Doña Pirlusina Yerrera de Noble: –Oh, sí, todos preguntaban si estas bolitas eran comestibles y yo debía simular que era la primera vez que me hacían el chiste. Luego, volvían sobre el tema durante horas, averiguando si estas pelotillas de cerámica eran souvenires, si las había hecho yo, si perdía el tiempo haciéndolas, si perdía plata comprándolas, las mordían, se las colgaban de las orejas, armaban carambolas sobre el mantel, se las metían en el bolsillo y, en fin, me rompían las guindas. (Enciende un cigarrillo)
R.: -(Petulante) ¡Pero señora, usted no fuma!
D.P.Y.N.: -(Admonitoria) ¡Y usted no existe, Señor Reportero Inventado que hace Entrevistas Ficticias!
R.: -Touché. Cuéntenos cómo logró revertir tan funesta situación. (Al camarógrafo) Chango, filmá a la Señora más de perfil.
D.P.Y.N.: -Les podría haber puesto un cartel con FAQs al lado, pero quedaba poco elegante y no evitaría el manoseo pelotístico. En fin, desde que las custodia un lagartito muerto, todos las respetan muchísimo…
R.: -¿La momia de reptil le dio resultados satisfactorios?
D.P.Y.N.: -Claro que sí, y como efecto colateral, aquellos de mis convidados que devoraban cual Ogro Fabbiani todas las masitas que les servía con el té, han perdido el apetito como por arte de magia.
R.: -Entonces, ¿usted lo recomienda?
D.P.Y.N.: -Por supuesto, todo hogar argentino debería tener un lagarto muerto como centro de mesa. ¿Gusta un esconcito?
R.: -Eh, no, gracias, merendé anteayer.
D.P.Y.N.: -(Pispea la libreta de notas del reportero) ¡Eh, momento! ¡Yo nunca dije “Ahora me respetan las bolas”!
R.: -(Al camarógrafo) ¿La grabaste, Chango? (Chango asiente) Ahora tenemos el audio probando que sí lo dijo, señora, háganos juicio si quiere. (Enciende un cigarrillo)
D.P.Y.N.: -Pucha.